Cómo comunicarse con tu bebé
Ahora, ya recién nacido, tienes múltiples formas de establecer vínculos con tu bebé.
Aprovecha algunas de estas ideas para una relación llena de estímulos.
1. Un flechazo para toda la vida.
Sobre el vínculo madre e hijo, lo primero que has de saber es que vas a experimentar algo muy parecido a un flechazo amoroso. Pero todavía mejor porque cuando lo veas por primera vez sentirás muchísima emoción. Es difícil de explicar si no lo has vivido y no has cobijado al bebé en tus brazos. Así que si aún no os habéis visto... Prepárate para esa explosión de amor. Y para los lloros (de todos) y las sonrisas (las tuyas).
2. Pegadito a ti es donde mejor puede estar.
Con el primer abrazo ya lo acercas a tu pecho, escuchará el latido de tu corazón, reconocerá tu voz, tu olor... Eso ya es comunicación no verbal. La suficiente para que empiece a sentirse seguro. Puede que mantenga los ojos bien abiertos, expectante, tranquilizándose poco a poco. Puede que llore, ¡también! Si le hablas le ayudarás a que sienta que está donde mejor puede estar. La oxitocina es la culpable de nuestro comportamiento maternal. Y en ese abrazo prologando la segregamos a altos niveles.
3. Piel con piel es un gran invento.
Solo hay que ver las caras que se nos quedan. El método canguro o piel con piel hace que el pequeño se sienta cómodo, confiado, y que las mamás (o el padre, la pareja y hasta las abuelas) nos acerquemos emocionalmente a nuestro bebé con mayor intensidad, aprendamos a manejarlo y nos familiaricemos con él. Los expertos afirman que con el contacto piel con piel se producen ciclos normales de sueño y un estado de calma.
4. Si lloran, se comunican...
Pero no como nos gustaría, ¿verdad? Si llora es que no se siente seguro, o que tu bebé demanda tu atención de cuidadora. Aunque, si lo piensas bien, ambas cosas pueden significar lo mismo. Así que hay diversos expertos que recomiendan que si nuestro bebé llora, le hagamos caso. Sobre este tema ya hablaremos más adelante, pero seguro que tu instinto te mueve a acercarte a él. Si es así, hazle caso a tu instinto. Cógelo, mírale a los ojos y háblale dulcemente. A lo mejor estas cansada –la crianza no es tarea fácil– pero esa es la mejor respuesta que podrías darle. Y si está despierto y quieto, ¿por qué no acercarte, mirarle a los ojos y hablarle?
5. Cuéntale cosas, que él te escuchará.
Vale, eso de que te escucha es a su manera, puesto que aún queda mucho por recorrer para que adquiera el lenguaje. Precisamente hablarle, estimulará su atención. Si le dices cosas como "ahora te vamos a cambiar y nos vamos de paseo" o "¡qué hambre tienes! Vale, vale, es hora de comer... Pero después intentaremos dormir un poco", ya te estarás comunicando con él. Hazlo a menudo.
6. Los gestos cuentan.
Que el bebé no pueda comunicarse verbalmente no significa que no pueda hacerlo de otra forma. Se hará entender a través de gestos espontáneos y tú, además de conocerle, sabrás transmitirle el significado de la gestualidad. Terminará por imitar tus movimientos faciales y sonidos. Jugarás con él a saber dónde tiene la nariz, las orejas, la boca y a cómo hacerte callar con un "ssssshhhh". El lenguaje gestual comienza entre los ocho y los doce meses, explican los expertos, y le servirá para comunicar ideas que no puede transmitir con palabras. Llegará el día que comience a balbucear. Utiliza el simbolismo sonoro con ejemplos como el "guau, guau" del perro o el "miaaaaaau" del gato. Pero recuerda que antes de hablar conviene escuchar. Y si te sirve a ti siendo adulta, también será útil para el pequeño.
Aprovecha siempre que puedas para hablarle, tocarle y mirarle a los ojos. Esto es algo que te servirá con él para toda la vida. Recuerda que lo vuestro fue un flechazo.